domingo, 31 de octubre de 2010

NACIONALES. LOOR POR LO NUESTRO.

Una labor hecha con amor y dedicación

Un grupo de mujeres, la mayoría con alguna discapacidad, cose las más elaboradas banderas panameñas.
trabajo. Nidia Moreno con orgullo y dedicación borda y retoca una bandera. LA PRENSA/Carlos Lemos


PRENSA.COM

Poco a poco los pedazos de lanilla (tela) de color blanco, rojo y azul se cortaron y cosieron, junto con dos estrellas. Con paciencia y el mayor secretismo, María Ossa de Amador y su cuñada Angélica de la Ossa se reunieron en una casa contigua en la avenida Sur, Catedral, propiedad de los señores Ehrman y Cía., mejor conocida como la Casa Tanguí.
Fue en ese lugar donde, un 2 de noviembre de 1903, se crearon las dos primeras banderas de Panamá.
Han pasado 107 años desde la confección de la primera, pero el legado continúa en el taller de costura del Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE), donde un grupo de 30 mujeres crea las banderas nacionales.
Doris Rojas forma parte del grupo, cuyo 90% tiene alguna discapacidad física. Lleva cinco años en esta labor. Tijera en mano y una cinta de medir al cuello, recorta los cuatro pedazos de tela de color rojo, blanco y azul, y las dos estrellas. La cinta le permite llevar la medida exacta que tendrá la bandera.
Debe tener un cuidado extremo para no estropear la bandera ni violar la ley. Las instrucciones para su trabajo las da el artículo 2 de la Ley 34 del 15 de diciembre de 1949.
Según la norma, las banderas deberán tener las siguientes dimensiones: “tres metros de largo por dos de ancho las que enarbolen en los edificios públicos, en los barcos de guerra y en los mercantes; de un metro 80 centímetros de largo, por un metro 40 y cuatro de ancho, los pabellones de los cuerpos de infantería y artillería; de un metro cuadrado. Los estandartes de caballería y las banderas de los automóviles de uso oficial medirán 47 centímetros de largo por 32 de ancho”.
Luego de que Doris Rojas corta las telas –en esta ocasión para una bandera que ha pedido el Banco Hipotecario Nacional–, Anayansi Chirú (con 11 años de experiencia) une los rectángulos: primero el rojo con el blanco y luego el blanco con el azul. Poco a poco pasa la tela por la máquina de coser formando el pabellón nacional.
Su trabajo lo hace con pasión a pesar de tener una discapacidad auditiva. Chirú no solo cose banderas, también estandartes de entidades públicas, pollerines y listones de hasta 30 metros.
Una vez culminada esta parte, pasa a manos de Nidia Moreno, quien desde una máquina antigua de bordado recibe la bandera que ondeará en el edificio de la entidad bancaria.
Aunque solo tiene tres años de trabajar en el taller, ella ha aprendido que el secreto más importante en la confección de las banderas es tener pulso, además de mucha paciencia.
Con cuidado y habilidad en las manos debe llevar el bordado en las cinco puntas de las estrellas.
Su trabajo de bordado también lo debe realizar en los estandartes. Tres días demoran en confeccionarlos.
El calor se hace presente en el taller. Al mediodía los pocos abanicos empiezan a rechinar.
Al final, en una mesa larga de madera, se acumula en columnas el trabajo terminado. Allí está Rubén Moreno para recibir los pollerines, banderas y listones: Él lleva 25 años en la labor de pegar los ojetes que sostendrán cada bandera en su asta.
Con una malformación congénita en el cuello, Rubén maneja una máquina especial cuyo único motor es la fuerza de sus brazos.
En el mes de octubre, las jornadas de trabajo son de 12 horas, ya que a pocos días del comienzo de las fiestas patrias aumentan los pedidos de instituciones públicas y privadas.
En el IPHE, al año se cosen cerca de 5 mil banderas, y entre listones y pollerines, 5 mil más. Pero estas banderas no solo se usan en Panamá. Muchas cruzan los océanos enarboladas en barcos, y otras viajan hasta las embajadas o consulados en el extranjero.


Duplican la venta de banderas
Hasta la última semana del mes de octubre, el IPHE facturó en venta de banderas, pollerines y listones 176 mil 789 dólares con 45 centésimos, según informes de la directora de esa institución, Itzel Palacios de Guilbauth.
El año pasado los ingresos fueron de 63 mil 86 dólares. ¿La razón del éxito? Según Palacios de Guilbauth es que “las mejores banderas son confeccionadas en el IPHE, tienen la más alta calidad de telas”.
Para la bandera de lujo se utiliza la tela de podesuá, la cual debe tener peso y un brillo especial, mientras que para banderas de exteriores utilizan indian head la cual no debe desteñir, explicó la funcionaria.
Sin embargo, conseguir un proveedor que ofrezca telas de esta calidad es más difícil cada año, afirmó la directora del IPHE, por lo que en 2011 solicitará a la Contraloría General de la República que les permita adquirir por contrato directo las telas que se usan para la confección del símbolo patrio.

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