Al parecer la dirigencia deportiva de nuestro país quiere perpetuarse para siempre y no les importa afectar a nuestros deportistas que de alguna manera u otra hacen el esfuerzo que vale para dejarnos bien representados.
Da es pena ver que los mismos deportistas les pidan la renuncia y ellos aun se resistan, da pena escuchar las palabras de nuestra gloria boxística pedirle que se vayan de ese puesto, situación que se hubiera evitado si previo hubiera existido interés por el deporte y por ende una buena comunicación entre la dirigencia,
Un llamado por ultima vez a estos dirigentes "eternos e inamovibles", según ellos, que se pongan la mano en el corazón y a vean que están en esos puestos porque el deporte los necesita y si no funcionan que se vayan y no les hagan daño.
PARA FUERA SI NO SIRVEN!
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