jueves, 14 de octubre de 2010

EDITORIAL

El rescate de los mineros en Chile, debe ser una muestra de que Dios existe. Para nadie debe ser esto una cuestión de suerte, ante todo se debe tener bien claro que estar 69 días entre tierra y roca, a 700 metros de profundidad no es fácil sobrevivir.
El mundo debe comprender que los milagros existen, pero que eso esta en manos de Dios,  dador de vida y redentor de todo mal.
Lo mas lindo de todo es que esas 33 personas supieron compartir lo que se les envió desde tierra, y se mantuvieron unidos y mas importante la esperanza de salir sanos y salvos , provistos de fuerzas para aguantar tanto tiempo en las profundidades logrando al final la bendición de ser testigos de un amor incomparable.
Chile esta de fiesta, el mundo comparte su alegría, pero no debe ser tema de duda el poder de Dios ante toda esta historia de amor y valor que todos somos testigos.

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