La historia de Hamilton
La presencia de Ron Washington en este Serie Mundial también es impensada, luego que en marzo trascendió que había dado positivo.
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FIGURA. El jardinero de los Rangers de Texas Josh Hamilton durante su sesión de estiramientos con su equipo. REUTERS/Robert Galbraith |
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Ron Washington REUTERS/Tim Sharp |
AP. ARLINGTON, EU
Josh Hamilton prefiere no salir de noche y las pocas veces que lo hace procura cargar la menor cantidad de dinero posible para evitar las tentaciones.
Cuando sus Rangers de Texas juegan de visitantes, Hamilton se entretiene con una consola de juegos de video con el lanzador C.J. Wilson.
Hamilton es la estrella principal de los Rangers y el favorito para ganar el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
Tiene 29 años, pero no fue hasta 2007 que finalmente se estableció en las Grandes Ligas. Ocho antes, Hamilton fue la primera selección del draft y recibió 4 millones de dólares solo por estampar su firma en un contrato con Tampa Bay.
Pero Hamilton dilapidó ese dinero y su talento al caer en las garras de la adicción a la cocaína y beber diariamente una botella de whisky Crown Royal.
En vez de pulir su talento en las menores, la pasaba con otros adictos en la calle. La presencia de Ron Washington en esta Serie Mundial también es impensada, luego que en marzo trascendió que había dado positivo por cocaína en julio de 2009 y ofreció su renuncia.
Washington dice que fue la primera y única vez que consumió la sustancia.
Todo ocurrió en una velada con amigos y creyó que nadie se enteraría.
Cuando su nombre salió al azar para someterse a un control antidrogas, no tuvo otro remedio que confesarle a los directivos del club.
“Fue una noche en la que cometí el más grande error de mi vida”, dijo Washington esta semana. “Humillé a mi familia”.
Para los Rangers fue todo un dilema. ¿Qué clase de ejemplo podría darle el mánager a Hamilton?
Pero el presidente Nolan Ryan y el gerente Jon Daniels decidieron ratificarle en el puesto, incluso cuando el tema fue revelado por la prensa.
Daniels contó que tomaron la decisión tras presenciar la reacción de los jugadores cuando Washington salió a dar la cara durante los entrenamientos
“Fue algo espontáneo, sincero y firme”, dijo Daniels. “Eres nuestro mánager y vamos a seguir adelante”.
Situaciones que hubiesen hecho desmoronar a cualquier otro equipo, pero tuvieron el efecto contrario en los Rangers. El equipo se cohesionó como nunca. “Eso nos unió más como familia”, dijo el jardinero dominicano Nelson Cruz. “Gracias a ellos es que estamos aquí”.
No fue hasta este año que la franquicia de los Rangers pudo ganar una serie de playoff, primero venciendo al equipo con el mejor récord durante la temporada regular (Tampa Bay) y luego al campeón vigente de la Serie Mundial (los Yankees de Nueva York).
Hamilton fue el más valioso de la serie de campeonato de la Liga Americana, con cuatro jonrones y recibiendo un récord de cinco bases por bolas intencionales.
Cruz estuvo entre los compañeros que en las últimas celebraciones por los títulos han adoptado la costumbre de bañar a Hamilton con refresco de jengibre o ginger ale en vez de la tradicional champaña.
“Me siento muy bendecido porque hay mucha gente que no recibe una segunda oportunidad”, dijo Hamilton, quien ahora lee la Biblia por la mañana y en la noche.
“Las drogas y el alcohol matan, así de sencillo”.
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